Un espacio virtual para compartir palabras con los alumnos del IES San Andrés (León).


sábado, 31 de enero de 2015

LIBROFORUM: La emperatriz de los etéreos de Laura Gallego.

   

¿Qué mejor que leer las propias impresiones de Laura Gallego acerca de su novela?
Éstas son sus palabras acerca de La emperatriz de los etéreos.


-Después de Memorias de Idhún me apetecía escribir un libro de fantasía más raro, en el que no hubiese ni magos ni dragones, algo un poco diferente... y así, poco a poco, fui perfilando la historia del viaje de Bipa. La idea de los etéreos y de la Emperatriz, la verdad es que no recuerdo de dónde surgió...

Por supuesto, no empecé a escribir esta historia inmediatamente. En octubre del 2006 salió publicado Panteón y tuve la gira de presentación, que me dejó poco tiempo para estar en casa. Sin embargo, yo ya iba a todas partes con una libreta donde iba anotando cosas y haciendo esquemas.
Por fin, en navidades del 2006, empecé a escribir el libro en pequeñas libretitas. Y en primavera del 2007 lo terminé. Decidí presentarlo a la editorial Alfaguara.



-Este libro no es el principio de una trilogía ni de una serie. Es un libro suelto e independiente y no tiene continuación.

-El título no siempre fue "La emperatriz de los Etéreos". Al principio pensé en "La emperatriz del Reino Etéreo" o incluso en "La emperatriz del Mundo Etéreo", pero me parecían muy largos y al final se quedó como está.



-El libro no tiene cita ni dedicatoria. No todos mis libros tienen dedicatoria, así que eso no es una novedad. Pero hasta ahora todos mis libros traían cita de Paulo Coelho. ¿Por qué éste no? Bueno, pues porque algún día tenía que dejar de citar siempre al mismo autor, ¿no? Estaba bien al principio, pero a la larga limita mucho a la hora de buscar una cita apropiada. Aprovecho este nuevo libro después de la trilogía de Idhún para romper con esa costumbre e inaugurar una nueva etapa. Estas cosas no hay que forzarlas; para próximos libros, si encuentro una cita apropiada, el libro llevará cita (no necesariamente de Paulo Coelho), y si no la encuentro, directamente no llevará. Lo que sí mantengo son los 14 capítulos. Hay costumbres difíciles de abandonar.

-Esta historia la escribí primero en libretitas. Estas son las libretas que utilicé. Al principio compré sólo tres, pero se me quedaron cortas ¡y luego tuve que ir buscando más del mismo juego!

Ahora puedes echarle un vistazo a este videomontaje acerca de nuestra novela.



TAREA

DESPUÉS DE LA LECTURA AHORA TOCA COMPARTIR CON TU PROFE, TUS COMPAÑEROS Y OTROS LECTORES DE ESTE BLOG TU IMPRESIÓN ACERCA DEL LIBRO  QUE HAS ESTADO LEYENDO. DEJA TUS PALABRAS EN "COMENTARIOS" Y RECUERDA QUE NO SÓLO QUEREMOS SABER SI TE HA GUSTADO O NO... TAMBIÉN QUEREMOS QUE NOS CUENTES SI TE HA CONMOVIDO O INTERESADO O LLAMADO LA ATENCIÓN O  DESPERTADO LA IMAGINACIÓN O INCLUSO SI TE HAS ENAMORADO DE ALGUNO DE LOS PERSONAJES...

 ¡Cuéntanos todo lo que quieras sobre lo que te ha supuesto su lectura!

viernes, 30 de enero de 2015

Librofórum: "Mitos griegos" de Maria Angelidou.


¿Te acuerdas de Eurídice, del Caballo de Troya, del Minotauro o de Edipo? ¿Te suenan de algo el rey Minos, Pandora, Teseo o la Medusa? ¿Recuerdas el enigma de la Esfinge, cómo Prometeo logró engañar a los dioses o el plan de Dédalo e Ícaro para escapar del laberinto? Durante los últimos meses hemos dedicado la última hora de los viernes a leer y comentar juntos, en voz alta, las aventuras y desventuras de los personajes de la mitología griega. Ahora vamos a compartir nuestra impresión sobre aquello que hemos leído. Cuéntanos qué has aprendido, quién de todos los dioses, ninfas o héroes te ha sorprendido, qué has descubierto, qué personaje te ha llamado la atención, qué relato te ha emocionado más, qué dios griego se ha convertido en tu favorito...
¿Te ha gustado esta recopilación de relatos mitológicos? ¿Te has fijado en lo bonitas y trabajadas que eran las ilustraciones que acompañaban los textos?¿Le recomendarías esta obra a alguien?
Todo eso y más quremos que nos cuentes acerca de la obra Mitos griegos de Maria Angelidou, publicada por la editorial Vicens Vives dentro de la colección "Cucaña".

Debes dejar tu texto en Comentarios. Recuerda:

- Piensa antes de escribir y ordena en tu cabeza aquello que vayas a contar.
- Cuida tu ortografía y tu expresión.
- Trata de ser claro y explicar con detalle aquello que quieres expresar.

martes, 20 de enero de 2015

Remando al viento con Byron...

“Esta película acontece como un sueño y está, por tanto, sujeta a la interpretación de quien la sueñe.” (Gonzalo Suárez)


BYRON: Hay tres cosas que yo puedo hacer y usted no (…). Cruzar un río a nado, apagar una vela de un disparo a veinte pasos…Qué inútil es todo, ¿para qué cruzar un río, o disparar a una vela?
POLIDORI: ¿Y la tercera? (…). Ha dicho que eran tres cosas.
BYRON: Sí… Escribir un poema del que se han vendido diez mil copias en un solo día.

Crítica de la película en "Cine para soñar"

Para seguir ahondando en el Romanticismo y en la figura de Byron, veremos en clase la película Remando al Viento.

El argumento de la película, dirigida por Gonzalo Suárez en 1988 e inspirado en hechos reales pero con gran derroche de imaginación, cuenta las jornadas que estos personajes compartieron en Villa Diodati, durante la visita que Percy Bysshe Shelley, Mary y Clara realizaron a Lord Byron y a su médico Polidori en su retiro suizo. Una noche de tormenta, de esas que en Villa Diodati transcurren leyendo poesía a la luz de una vela o jugando una partida de billar, Shelley, Byron, Polidori, Mary y Clara se entretienen leyendo y contando historias de fantasmas en un entorno lúgubre, de viento, lluvia, truenos, relámpagos y sombras de perfiles sinuosos que se proyectan en las paredes débilmente iluminadas. Como es sabido, en ese momento se les ocurre plantearse un reto: escribir un relato de terror. De esa reunión nació El vampiro, de John Polidori, y por supuesto, Frankenstein o el moderno Prometeo, cuyo título hace referencia al Prometeo liberado ( una obra teatral en verso) de Shelley y a su vez al clásico Prometeo encadenado, atribuido a Esquilo. Hay que recordar que en una de las fábulas mitológicas en las que el titán Prometeo es protagonista se le atribuye el ser el creador de los seres humanos a los cuales modela con barro.


 La acción tiene lugar en Inglaterra, Suiza, Venecia (Italia) y Noruega, entre 1814 y 1822. Narra la historia de Mary W. Shelley , hija del librepensador William Godwin y de Mary Wallstonecrafs, escritora feminista, que murió de parto al nacer ella. Tras una vida de amor, viajes, maternidades frustradas y creación literaria, a bordo de un velero surca las aguas del Polo Norte (el Fin del Mundo) en busca del mito que creó, Frankenstein o el nuevo Prometeo. Durante el viaje recuerda los episodios más significativos de su vida: su amor por el poeta Percy Bisshe Shelley, discípulo de su padre, el abandono de la casa paterna, la huída de Inglaterra con Percy y su hermanastra Claire Clairmont , la visita (verano 1816) a lord Byron  en la "Villa Disdoti", de Suiza, el amor que le profesa John William Polidori , el largo romance de Claire y Byron, la propuesta de Byron en una tarde lluviosa de idear y contar historias de terror , el matrimonio con Percy cuando enviuda (diciembre 1816), los encuentros inquietantes de Frankenstein con los miembros del grupo, la realidad física del mito creado por su imaginación y una larga serie de sucesos llenos de misterio y fantasía.


 Las secuencias rodadas en exteriores profundizan en la estética romántica como forma de mostrar las firmes convicciones ideales de quienes pertenecían a esta corriente: los planos de la barca bogando bajo la luz de la luna, el mágico jardín de la casa, medio iluminado medio en penumbra, el castillo al que se dirigen Byron y Shelley cuando sufren la tempestad, pero también las imágenes de las anchas playas de fina arena y los mares embravecidos, de los acantilados de fuertes vientos, de la campiña italiana de prados verdes bajo la lluvia, o de Venecia, con ese obispo vestido con sus ricas ropas apoltronado en una góndola que surca los canales sobre aguas grises, entre edificios sucios y bajo puentes humedecidos...

 La película, que está contada a modo de flash-back por una solitaria Mary Shelley que es pasajera de un barco que surca aguas árticas en busca de la Criatura que ella misma había creado, realiza el seguimiento de las vidas de estos personajes que coincidieron aquella mágica noche y los desgraciados avatares que les sucedieron a ellos y a quienes los rodearon. Para ello utiliza como vehículo al monstruo, la Criatura ideada por Mary Shelley, el Prometeo de su obra (al que por cierto, todo el mundo identifica como “Frankenstein”, olvidando que éste no es su nombre, sino el de su creador; el monstruo no tiene nombre) cuyas espectrales apariciones tienen lugar siempre como anuncio de la catástrofe que está a punto de sobrevenir a cada uno de los personajes. De este modo, se nos muestra la Criatura, no como un espectro o una presencia ajena a los personajes, sino como una proyección de su propia alma que cobra vida, como un reflejo del lado oscuro de cada uno de ellos en el espejo de un futuro fatal.

He aquí un vídeo con una tertulia sobre la película con la presencia del director y de uno de sus actores.



lunes, 12 de enero de 2015

Newstead Abbey: tras las huellas de Lord Byron

Gabinete de lectura de Lord Byron
Cerca de Nottingham ( Gran Bretaña) se encuentra la famosa Newstead Abbey, la fantástica mansión que Byron heredó de su tio abuelo junto a una considerable fortuna y el título nobiliario que ostentó. Puede visitarse y os aseguro que la visita merece la pena.


Vista exterior
Monumento a su perro Boatswain ( Contramaestre) con el famoso epitafio que le dedicó
Ruinas de la abadía adosada a la mansión

Alcoba de Lord Byron





Uno de los jardines: el Japonés.
Tumba de Byron en la cercana iglesia de St Mary Magdalene de Hucknall

domingo, 11 de enero de 2015

POEMAS DE JOHN KEATS




ODA A UNA URNA GRIEGA

1

Tú todavía inviolada novia del sosiego,
criatura nutrida de silencio y tiempo despacioso,
silvestre narradora que así puedes contar
una historia florida con dulzura mayor que nuestro canto.
¿Qué leyenda orlada de hojas evoca tu figura
con dioses o mortales o con ambos,
en Tempe o en los valles de Arcadia?
¿Qué hombres o qué dioses aparecen? ¿Qué rebeldes doncellas?
¿Qué loca persecución? ¿Quién lucha por huir?
¿Qué caramillos y panderos? ¿Qué éxtasis salvaje?

2

Dulces son las oídas melodías, pero las inoídas
son más dulces aún; sonad entonces suaves caramillos
no al oído carnal, sino, más seductores,
dejad que oiga el espíritu tonadas sin sonido.
Hermoso adolescente, bajo los árboles, no puedes
suspender tu canción ni nunca quedarán los árboles desnudos;
amante audaz, no alcanzarás el beso
tan cercano, mas no penes;
ella no puede marchitarse, aunque no se consume tu deseo,
para siempre amarás y ella será hermosa.
3

Ah ramas felicísimas que no podréis nunca
esparcir vuestras hojas ni abandonar jamás la primavera;
y tú, oh músico feliz, infatigable,
que modulas sin término canciones siempre nuevas;
y más feliz amor y más y más feliz amor,
entre el deseo para siempre y la inminencia de la posesión,
entre el aliento jadeante y la perpetua juventud.
Todo respira mucho más arriba que la pasión del hombre
que deja el corazón hastiado y dolorido,
y una frente febril y una boca abrasada.

4

¿Quiénes avanzan hacia el sacrificio?
¿Hasta qué verde altar, misterioso oficiante,
llevas esa ternera que muge hacia los cielos
y cuyos sedosos flancos se visten de guirnaldas?
¿Qué pequeña ciudad en las orillas de un río o de la mar
o en una montaña coronada de quieta ciudadela
dejan sus gentes sola en la pía mañana?
Ciudad pequeña, tus calles para siempre
quedarán en silencio y nadie nunca
para dar la razón de tu abandono ha de volver.

5

¡Ática forma! ¡Figura sin reproche! En mármol,
de hombres y doncellas guarnecida
y de silvestres ramos y de hierbas holladas.
Oh forma silenciosa que desafía nuestro pensamiento
como la eternidad. Oh fría pastoral.
Cuando a esta generación consuma el tiempo
tú quedarás entre otros dolores
distintos de los nuestros, tú, amiga del hombre, al que repites:
La belleza es verdad y la verdad belleza. Tal es cuanto
sobre la tierra conocéis, cuanto necesitáis conocer.

Versión de José Ángel Valente 




   

ODA A UN RUISEÑOR



Me duele el corazón y aqueja un soñoliento
torpor a mis sentidos, cual si hubiera bebido
cicuta o apurado algún fuerte narcótico
ahora mismo, y me hundiese en el Leteo:
no porque sienta envidia de tu sino feliz,
sino por excesiva ventura en tu ventura,
tú que, Dríada alada de los árboles,
en alguna maraña melodiosa
de los verdes hayales y las sombras sin cuento,
a plena voz le cantas al estío.

¡Oh! ¡Quién me diera un sorbo de vino, largo tiempo
refrescado en la tierra profunda,
sabiendo a Flora y a los campos verdes,
a danza y canción provenzal y a soleada alegría!
¡Quién un vaso me diera del Sur cálido,
colmado de hipocrás rosado y verdadero,
con bullir en su borde de enlazadas burbujas
y mi boca de púrpura teñida;
beber y, sin ser visto, abandonar el mundo
y perderme contigo en las sombras del bosque!

A lo lejos perderme, disiparme, olvidar
lo que entre ramas no supiste nunca:
la fatiga, la fiebre y el enojo de donde,
uno a otro, los hombres, en su gemir, se escuchan,
y sacude el temblor postreras canas tristes;
donde la juventud, flaca y pálida, muere;
donde, sólo al pensar, nos llenan la tristeza
y esas desesperanzas con párpados de plomo;
donde sus ojos claros no guarda la hermosura
sin que, ya al otro día, los nuble un amor nuevo.

¡Perderme lejos, lejos! Pues volaré contigo,
no en el carro de Baco y con sus leopardos,
sino en las invisibles alas de la Poesía,
aunque la mente obtusa vacile y se detenga.
¡Contigo ya! Tierna es la noche
y tal vez en su trono esté la Luna Reina
y, en torno, aquel enjambre de estrellas, de sus Hadas;
pero aquí no hay más luces
que las que exhala el cielo con sus brisas, por ramas
sombrías y senderos serpenteantes, musgosos.

Entre sombras escucho; y si yo tantas veces
casi me enamoré de la apacible Muerte
y le di dulces nombres en versos pensativos,
para que se llevara por los aires mi aliento
tranquilo; más que nunca morir parece amable,
extinguirse sin pena, a medianoche,
en tanto tú derramas toda el alma
en ese arrobamiento.
Cantarías aún, mas ya no te oiría:
para tu canto fúnebre sería tierra y hierba.

Pero tú no naciste para la muerte, ¡oh, pájaro inmortal!
No habrá gentes hambrientas que te humillen;
la voz que oigo esta noche pasajera, fue oída
por el emperador, antaño, y por el rústico;
tal vez el mismo canto llegó al corazón triste
de Ruth, cuando, sintiendo nostalgia de su tierra,
por las extrañas mieses se detuvo, llorando;
el mismo que hechizara a menudo los mágicos
ventanales, abiertos sobre espumas de mares
azarosos, en tierras de hadas y de olvido.

¡De olvido! Esa palabra, como campana, dobla
y me aleja de ti, hacia mis soledades.
¡Adiós! La fantasía no alucina tan bien
como la fama reza, elfo de engaño.
¡Adiós, adiós! Doliente, ya tu himno se apaga
más allá de esos prados, sobre el callado arroyo,
por encima del monte, y luego se sepulta
entre avenidas del vecino valle.
¿Era visión o sueño?
Se fue ya aquella música. ¿Despierto? ¿Estoy dormido?



jueves, 8 de enero de 2015

POEMAS DE LORD BYRON






Queridos alumnos de Literatura universal, aquí tenéis algunos poemas de Lord Byron, en concreto cuatro de los cinco que tenéis que conocer, recitados por un lector. Espero que os gusten.

No volveremos a vagar





NO VOLVEREMOS A VAGAR

Así es, no volveremos a vagar
Tan tarde en la noche,
Aunque el corazón siga amando
Y la luna conserve el mismo brillo.

Pues así como la espada gasta su vaina,
Y el alma consume el pecho,
Asimismo el corazón debe detenerse a respirar,
E incluso el amor debe descansar.

Aunque la noche fue hecha para amar,
Y los días vuelven demasiado pronto,
Aún así no volveremos a vagar
A la luz de la luna.



Camina bella





CAMINA BELLA, COMO LA NOCHE...

Camina bella, como la noche
De climas despejados y de cielos estrellados,
Y todo lo mejor de la oscuridad y de la luz
Resplandece en su aspecto y en sus ojos,
Enriquecida así por esa tierna luz
Que el cielo niega al vulgar día.

Una sombra de más, un rayo de menos,
Hubieran mermado la gracia inefable
Que se agita en cada trenza suya de negro brillo,
O ilumina suavemente su rostro,
Donde dulces pensamientos expresan
Cuán pura, cuán adorable es su morada.

Y en esa mejilla, y sobre esa frente,
Son tan suaves, tan tranquilas, y a la vez elocuentes,
Las sonrisas que vencen, los matices que iluminan
Y hablan de días vividos con felicidad.
Una mente en paz con todo,
¡Un corazón con inocente amor!

Versión de F. Maristany


Oscuridad



OSCURIDAD

Tuve un sueño, que no fue del todo un sueño.
El brillante sol se había extinguido, y las estrellas
vagaban oscuramente por el eterno espacio,
sin luz y sin camino fijo, y la helada Tierra
oscilaba ciega y ennegreciéndose en el aire sin luna.
La mañana vino y se fue; y volvió, y no trajo día alguno,
y los hombres olvidaron sus pasiones en el miedo
de ésta, su desolación; y todos sus corazones
enfriáronse en una egoísta plegaria por luz;
y vivieron junto a las hogueras; y los tronos,
los palacios de los reyes coronados, las cabañas
y las habitaciones de todos los seres que moraban
fueron quemadas como señales; las ciudades fueron consumidas,
y reuniéronse los hombres alrededor de sus ardientes hogares
para mirarse una vez más a los rostros;
felices eran aquellos que vivían en el ojo
de los volcanes y sus encumbradas antorchas;
una temerosa esperanza era todo lo que había en el mundo;
los bosques fueron puestos en llamas, pero hora tras hora
caían y se reducían, y los crepitantes troncos
se extinguían con un estrépito, y todo era negro.
Las frentes de los hombres junto a la luz desesperada
mostraban un aspecto espectral cuando, fugazmente,
destellos caían sobre ellas; algunos se echaban al suelo
y se tapaban los ojos y lloraban; algunos apoyaban
sus mentones sobre sus puños cerrados y sonreían;
y otros se apresuraban de aquí para allí, alimentaban
sus piras funerarias con más combustible, y elevaban la vista
con loco desasosiego hacia el apagado cielo,
el velo mortuorio de un mundo pasado, y entonces de nuevo,
profiriendo blasfemias, se arrojaban sobre el polvo,
y hacían rechinar sus dientes y aullaban.
Las aves chillaban y, aterradas, se agitaban en el suelo,
sacudiendo sus inútiles alas; las bestias más salvajes
se acercaban dóciles y trémulas; y las serpientes se arrastraban
y se enroscaban entre la multitud, siseando,
pero sin poder morder; y dábaseles a todos muerte para devorarlos.
Y la Guerra, que por un momento había dejado de ser,
se nutrió nuevamente; un alimento se compraba
con sangre, y cada uno sentábase hoscamente aparte
para llenarse en las sombras; ya no quedó amor;
toda la Tierra era un solo pensamiento, y éste era muerte,
inmediata y sin gloria; y la agonía
del hambre se cebó en todas las entrañas; los hombres
murieron, y sus huesos quedaron insepultos al igual que su carne;
los moribundos por los moribundos fueron devorados,
y hasta los perros atacaron a sus amos, todos excepto uno,
que fue leal al cadáver del suyo, y mantuvo
a las aves y las bestias y los hombres frenéticos alejados,
hasta que el hambre los derribaba o los muertos que caían
tentaban a sus consumidas mandíbulas; no salió en busca de comida,
sino que con una piadosa mirada, un perpetuo gemido,
y un rápido aullido desolado, lamiendo la mano
que no respondía ya con una caricia, murió.
La población del mundo sucumbió por el hambre gradualmente;
pero dos habitantes de una enorme ciudad sobrevivieron,
y eran enemigos; se encontraron al lado
de los expirantes rescoldos de una iglesia en la cual
había sido amontonada una gran cantidad de objetos sagrados
para un uso profano; temblando, juntaron
y apretujaron con sus frías manos esqueléticas
las débiles cenizas, y sus débiles alientos
soplaron por una pequeña vida, y obtuvieron una llama
que era una burla; entonces elevaron


sus ojos, mientras crecía la luminosidad, y contemplaron
el aspecto del otro: se vieron, y gritaron, y murieron,
de su mutua fealdad murieron,
sin saber quién era aquel sobre cuya frente
el hambre había escrito Demonio. El mundo estaba vacío;
lo populoso y lo poderoso era ahora una masa
sin estaciones, sin hierba, sin árboles, sin hombres, sin vida,
una masa de muerte, un caos de dura arcilla.
Los ríos, lagos y océanos quedaron inmóviles,
y ya nada se agitó en sus silenciosas profundidades;
naves sin marinos permanecieron pudriéndose en el mar,
y sus mástiles cayeron a pedazos, y al caer
sumiéronse en el abismo sin causar agitación alguna:
las olas estaban muertas; las mareas estaban en su tumba;
la luna, su señora, había expirado antes;
marchitáronse los vientos en el aire inmóvil,
y las nubes perecieron; la Oscuridad ya no necesitaba
más de su ayuda... Ella era el Universo.



Traducción de E. Ehrendost.
 Cuando nos separamos




CUANDO NOS SEPARAMOS...


Cuando nos separamos
en silencio y con lágrimas,
con el corazón medio roto,
para apartarnos por años,
tu mejilla se tornó pálida y fría
y tu beso aún más frío...
Aquella hora predijo
en verdad todo este dolor.
El rocío de la mañana
resbaló frío por mi frente
y fue como un anuncio
de lo que ahora siento.

Tus juramentos se han roto
y tu fama ya es muy frágil;
cuando escucho tu nombre
comparto su vergüenza.
Cuando te nombran delante de mí,
un toque lúgubre llega a mi oído
y un estremecimiento me sacude.
¿Por qué te quise tanto?
Aquellos que te conocen bien
no saben que te conocí:
Por mucho, mucho tiempo
habré de arrepentirme de ti
tan hondamente,
que no puedo expresarlo.

En secreto nos encontramos,
y en silencio me lamento
de que tu corazón pueda olvidar
y tu espíritu engañarme.
Si llegara a encontrarte
tras largos años,
¿cómo habría de saludarte?
¡Con silencio y con lágrimas!

Versión de Arturo Rizzi

Lord Byron ¿Verdad o mentira?




LORD BYRON : Vida y obra

Georg Gordon Byron (descendiente de una rama de los Buron, una antigua familia normanda) nació el 22 (le enero de 1788 en Londres. Hijo del capitán John Byron, llamado Mad Jack (el Loco Jack) por su vida irregular y disipada, y de Catherine Gordon of Gicht, una mujer definida por unos como recatada, parca y vulgar, y como extraña y pasional por otros. El futuro sexto lord de Byron (título que ostentó desde 1798, a la muerte de su tío abuelo William) pasó la infancia en Aberdeen, en la desembocadura de los ríos Don y Dee, en la costa escocesa del mar del Norte. La pobreza, la inmensidad de aquellos paisajes, el sombrío calvinismo de sus vecinos, un defecto físico (la contracción del talón de Aquiles del pie derecho) y una criada proclive a los desafueros eróticos contribuyeron sin duda a formar el carácter melancólico y transgresor del joven Georg.


 Ingresa en el prestigioso colegio de Harrow en 1801. Poco después, Georg Gordon Byron pierde la primera batalla de amor de su vida contra la señorita Mary Ann Chawuoth, que le rechaza sin piedad.  Más tarde  Byron se matriculará en la universidad de Cambridge. En 1815, el nuevo lord ya ha tomado posesión de la imponente mansión de sus antepasados en Newstead Abbey y ha publicado Horas de ociosidad, libro primerizo, pero en el que ya podemos encontrar los síntomas del outlaw, el forajido, el proscrito que Byron lleva dentro . Por entonces conocerá a su hermanastra Augusta Leigh.


A su regreso del tradicional grand tour o viaje de estudios de los jóvenes nobles (Portugal, España, Malta, Grecia, Turquía), que se prolongó desde 1809 hasta 1911, Byron pierde a su madre, pronuncia su primer discurso en la Cámara de los Lores y publica los primeros cantos de su Peregrinación de Childe Harold. Harold es un peregrino que vaga por el mundo en busca de consuelo para su alma cansada de mundanidad. Héroe romántico por excelencia, Harold va describiendo los lugares que recorre al tiempo que evoca acontecimientos históricos vinculados con ellos. Ahora, y sólo ahora, comienza verdaderamente la leyenda viva, el mito Byron. Los primeros cantos de Childe Harold valieron a su autor la admiración de la sociedad aristocrática a la que pertenecía y tal vez motivaron en parte la turbulenta pasión (no correspondida) que lady Caroline Lamb, esposa del futuro lord Melbourne, sentiría por él y que ella contará en una novela autobiográfica, rencorosa y malintencionada, llamada Glenarvon. Lo cierto es que lady Caroline perseguía, hostigaba y amenazaba al poeta, pero éste respondía: "Decís que me destruiréis; quizá tan sólo me ahorréis la molestia de destruirme yo mismo". Sabía lo que se decía.


En su mansión de Newstead se organizan orgías y se bebe en calaveras vacías. Byron reconoce su propia belleza, se esmera en su delgadez, bebe vinagre para mantenerse pálido y asegura alimentarse sólo de bizcochos y agua de soda ,es decir, alienta su propio mito: el que anida en la mente de los lectores dispuestos a confundir, no sin razón, al poeta con sus personajes (entre junio de 1813 y febrero de 1816 se publican sus narraciones en verso: Giaur, La novia de Abidos, El corsario, Lara, El sitio de Corinto y Parisiense). Mientras, sus múltiples amoríos le acercan cada vez más a la figura de Don Juan.


El 2 de enero de 1815 contrae matrimonio con Anne Isabella Milbanke. Tras un breve viaje de novios, la pareja fija su residencia en el 13 de Picadilly Terrace, en Londres. Pero Byron había estado viviendo con su hermanastra Augusta (hija de la primera esposa del Loco Jack y casada en 1807 con su primo Georg Leigh) el año anterior, durante una temporada, y la sospecha del incesto se extendió rápidamente por los salones. Se dice que el mismo Byron alentó esta sospecha en su joven esposa y que el matrimonio fracasó definitivamente cuando Augusta decidió trasladarse a vivir con ellos No sabemos hasta qué punto las sospechas eran fundadas, aun que una cosa sí es segura: frases como "me acostaré pensando en ti, queridísima Augusta" no son de las que suelen escribirse a una hermana.


El 15 de enero de 1816, Anne Isabella, que en diciembre había dado a luz una niña, Augusta Ada, abandonó la casa conyugal y pidió la separación. Byron, que ha caído en desgracia entre los miembros de la misma aristocracia que lo defendiera y de la burguesía conservadora que lo mitificara (de lo que hay qué culpar no sólo a sus excesos, sino también a ciertas sátiras contra la realeza salidas de su pluma), abandonaba una Inglaterra periódicamente oscurecida por la depresión económica y la agitación social. De todos modos, aquella no era ya una buena patria para alguien que había dicho: "Inglaterra es los varios cientos de personas que están levantados mientras el país duerme".


Viaja a Europa y en Ginebra conoce al poeta Shelley (1792-1822). Allí, en la villa Diodati, tuvo lugar una famosa apuesta. Todos los asistentes deberían escribir un cuento de terror. Sólo dos personas, que se sepa, cumplieron lo pactado: John W. Polidoro escribió El vampiro, Mary Shelley (la esposa del poeta) escribió su Frankestein. Allí encontró a miss Clare Clermont, con la que tuvo una hija, Allegra, en enero de 1817. 


Cuando los Shelley regresan a Inglaterra, Byron vende su mansión de Newstead y marcha a Venecia. Siguen los amoríos (Mariana Segati, Margarita Cogni, la Fornarina), los hijos naturales y los viajes. Pasa por Ferrara y se detiene en Roma tres semanas. Estudia armenio, ha escrito Manfredo, Beppo y trabaja en el canto quinto de Harold. En septiembre de 1818 comienza la que será su mayor obra: Don Juan.Se trata de un poema burlesco en diez cantos que describe en tono irónico las aventuras del famosísimo personaje. En 1819 lord Byron escribe su Mazeppa y conoce a la joven Teresa, hija del conde Gamba, de Rávena, y esposa del anciano caballero Giticcioli. Otra mujer más en la vida de Byron si no fuera porque con ella el poeta inició con ella una vida casi burguesa. Va con ella a Bolonia, a Rávena, a Venecia. Se instalan en Rávena y allí Teresa cae enferma de tuberculosis. Byron la acompañará durante toda su enfermedad. No se le conocen al poeta otras mujeres después de ésta. Ahora es la política lo único capaz de mover su alma a pasión. Ha hecho muy buena amistad con Pietro Gamba, el hermano de Teresa, y con él va a participar en el movimiento carbonario ( una hermandad revolucionaria que estuvo presente en la revolución rusa y en el movimiento por la independencia griega). Byron participó en la conspiración carbonaria dirigiendo un grupo llamado de los americanos.


En 1820, Teresa obtuvo la separación pero siguen viviendo juntos en Italia. Poco después morirá Allegra, la hija de Clare, y también su amigo el poeta Shelley; Byron asiste a la cremación del cadáver. Está cansado de Teresa y se siente debilitado, prematuramente envejecido. Recibe la noticia del alzamiento griego contra los turcos como una liberación.

El caso es que Byron está a punto de hacer de su vida un poema heroico, de convertirse, verdaderamente, en uno de sus héroes. Nombrado miembro del comité para la independencia griega, parte hacia Cefalonia, donde pasa cuatro meses esperando a que los revolucionarios resuelvan sus propias diferencias. Finalmente, fue llamado a Missolonghi por Alejandro Maurocordato; allí es recibido con honores reales el 5 de enero de 1824. Tres meses pasó en Missolonghi antes, de morir de fiebre reumática (según unos) o de meningitis (según otros) el 19 de abril de aquel mismo año de 1824. Ni siquiera llegó a presenciar un combate. Su cadáver fue recibido con grandes manifestaciones de duelo, a su llegada a Londres.




En primer lugar, lee con atención la biografía de Lord Byron de arriba.
A continuación, echa un vistazo a las siguientes cuestiones acerca de la vida y obra de George Gordon, más conocido como Lord Byron, y trata de averiguar - usando la información del anterior texto y las páginas de Internet que consideres conveniente - cuáles de los siguientes enunciados son verdaderos o falsos.
Pasos a seguir:
a) Lee el enunciado. Busca información. Decide si es verdadero o falso.
b) Si es verdadero,copíalo tal cual en el cuaderno.
c) Si es falso, reescríbelo de tal manera que sea verdadero en tu cuaderno.






LORD BYRON: ¿VERDAD O MENTIRA?



  1. Su hija, Ada Lovelace, contribuyó a la creación  de una especie de prototipo de lo que hoy llamaríamos ordenador.
  2. Nació y murió en la misma ciudad: Londres.
  3. Un barrio de Atenas se llama Vyronia en su honor ya que se alistó en el ejercitó griego para luchar por la independencia de ese país.
  4. A los nueve años, su institutriz lo inició en el sexo y en el estudio de la Biblia.
  5. Heredó el título nobiliario de “lord” de su padre.
  6. Mientras estudiaba en la universidad vivió con un oso.
  7. Su cojera le vino de que su madre se negó a recibir ayuda en el parto.
  8. Los primeros textos que escribió surgieron del rechazo amoroso que recibió por parte de su prima Mary Duff.
  9. Heredó su mansión de Newstead Abbey de un tío suyo medio loco.
  10. A pesar de que viajó mucho por los países mediterráneos nunca visitó España.
  11. Estudió en la universidad británica de Oxford, que abandonó por falta de dinero.
  12. Su médico personal, Polidori, escribió un relato de terror inspirado en él y que lleva por título El Vampiro.
  13. El fantasma de un monje negro que aparece en alguna de sus obras está inspirado en un espectro relacionado con su casa de Newstead Abbey.
  14. Compuso una de las obras poéticas más importantes de la literatura inglesa: Don Juan.
  15. La primera edición de sus poesías, titulada Composiciones fugaces, fue quemada por un cura ya que en ellas se difamaba a una muchacha.
  16. Mantuvo una relación incestuosa con su hermanastra de la que nació una hija.
  17. A su mujer le dijo la noche de bodas: «Te arrepentirás de haberte casado con el diablo».
  18. Pasó los primeros años de su infancia en Francia.
  19. En Las peregrinaciones de Childe Harold relata sus viajes por Europa.
  20. Mary Shelley compuso su Frankenstein inspirándose en su personalidad.
  21. Admiraba al poeta alemán Goethe pero siempre sufrió el rechazo y el desprecio de éste.
  22. Su corazón está enterrado en Grecia y el resto de su cuerpo en su Inglaterra natal.
  23. Abandonó su país natal, Inglaterra,  en 1816 y nunca volvió vivo.
  24. Murió de fiebre en Missolonghi, Grecia en junio de 1898.
  25. Tuvo una hija llamada Allegra que creció alejada de él y de su madre, encerrada en un convento.
  26. Suya es la frase de : – No hay nada más fácil que morir por una mujer, lo difícil es vivir con ella.-
  27. Fue un político revolucionario: a los 21 años ocupaba un escaño en la Cámara de los Lores británica.
  28. Nada más morir se instaló una placa conmemorativa en su recuerdo en la Abadía de Westminster, en el llamado Rincón de los poetas, un lugar donde se recuerda a todos los grandes escritores británicos.
  29. Dedicó estos versos a su amigo el poeta Shelley:

«Aquí reposan los restos de una criatura

que fue bella sin vanidad,

fuerte sin insolencia,

valiente sin ferocidad

y tuvo todas las virtudes del hombre

y ninguno de sus defectos»


miércoles, 7 de enero de 2015

Orfeo y Eurídice hoy


Con motivo de una actividad de expresión escrita mis alumnos de 4º de ESO tuvieron que reintrepretar el mito de Orfeo y Eurídice. He aquí algunos de los textos resultantes:


Orfeo era un artista genial. Al pintar, no necesitaba ningún truco, puesto que la magia la tenía en sus manos. Pero lo hacía clandestinamente y nadie podía admirar su trabajo. Lo ocultaba tras los partidos de baloncesto que sus amigos adoraban pero que él no tanto. Ellos creían que el baloncesto, el fútbol..., eran lo realmente varonil. Un día por la mañana, a la hora en la que los colchones de los adolescentes todavía estaban bien ocupados, decidió ir a ver una nueva exposición que había en el museo de su ciudad. En la entrada, pudo ver como un chico muy atractivo se hacía selfies en compañía. En ese mismo instante, algo azotó a Orfeo: ese pensamiento equívoco para él, la manera en la que ese chico destacó contra sus ojos, el camino por el que no debía tirar. Él se llamaba Eurídice y Orfeo no escapó de su campo de visión en ningún momento. No lo sabían pero allí mismo se juraron amor eterno. 

Pero Eurídice echaba de menos a sus amigos y amigas, puesto que después de aquel intercambio de miradas con Orfeo, decidió volver al museo con el propósito de volverle a ver. Un sábado por la mañana, después de muchos intentos perdidos, coincidieron y Orfeo picó el anzuelo. No lo soltó y mantuvieron su relación en silencio mientras sus oídos se llenaban de promesas. Mientras tanto, el padre de Eurídice, llamado Aristeo, lo vigilaba de cerca y al comprobar las repetidas escapadas de Eurídice sin llegar a descubrir su destino, decidió contratar a un detective que siguiese sus descontrolados pasos. Cuando Aristeo se enteró de a lo que se dedicaba su hijo con otro chico de su edad, decidió violar su libertad arrojándolo, sin contemplaciones, a lo que, a su parecer, era una solución: un orfanato. De aquello nunca jamás nadie había conseguido salir.

Después de conocer tan terrible noticia, a Orfeo ya no le quedaban ganas de trabajar. El polvo atacaba sus cuadros, los pinceles se morían poco a poco y sus manos se quedaron entumecidas por la soledad. Sólo tenía una imagen que no se podía sacar de la cabeza: Eurídice encerrado con sus pensamientos a solas, rechazado, apartado, cayendo en lo más oscuro de sí mismo. Cansado, abrumado y echando de menos los whatsapps de buenos días de Eurídice, decidió intentar sacarle de allí. Se armó y visitó el orfanato con el crepúsculo de fondo. La seguridad era el primer problema con el que se encontró, pero después de que su hermano le hubiese enseñado un par de trucos, demasiados capítulos de series detectivescas y mucha suerte, consiguió entrar a hurtadillas. Justo cuando iba a acceder a la zona de las habitaciones, se encontró con una figura imponente a dos centímetros de su cara. Orfeo caminó unos pasos hacia atrás, y la figura lo siguió hasta que un haz de luz llegó hasta dar a su semblante y pudo atisbar sus rasgos: ancianos, que reflejaban una bella y pasada juventud, que echaban chispas. Orfeo intentó explicarse ante la que parecía una de las dueñas del lugar, en el que había entrado sin permiso, pero ésta le cogió del brazo y le encaminó hacia la salida. En un pequeño forcejeo, Orfeo consiguió sacar el arma más poderosa que poseía: el cuadro que pintó horas después de conocer a Eurídice. La mujer se paró en seco a contemplar el sentimiento que desprendía, la confusión adolescente, el amor, el temor a perderlo. Puede que no supiese muchas cosas, pero sí apreciar la pura belleza cuando la tenía delante de sus narices así que accedió a que Orfeo se llevase consigo a Eurídice. Sus palabras exactas fueron: “Lo sacarás de aquí, pero solamente podrás cogerle de la mano y correr hacia el exilio sin siquiera mirarle a la cara o dirigirte a él hasta que estéis tan lejos de aquí que no se pueda ver el orfanato. Tenéis dos minutos.” Era la única condición que le ponía. 

Lo cierto es que Orfeo respetó su promesa durante casi todo el tiempo. Esperaba no meter la pata hasta el fondo haciendo referencia al mito que llevaban sus nombres. Se llevó a Eurídice en volandas mientras éste no podía contener su emoción y los escalofríos del primer contacto en meses recorrían ambas columnas vertebrales. Orfeo tenía muchas ganas de besarle, de estudiar sus ojos, pero todavía no podía. Corrieron. Corrieron hasta las grandes puertas blancas que les gritaban. Sin embargo, justo cuando Orfeo estaba abriendo la salida de ese infierno, la entrada a aquel camino por el que él no había querido ir hace tiempo, notó como la mano de Eurídice se resbalaba de la suya al tropezar éste con la alfombra que daba la bienvenida a los vientos extranjeros a ese lugar. Cayó en el suelo y no pudo evitar pegar un grito de dolor al notar como su pierna se doblaba sobre su peso. Los dos minutos acababan de pasar. La puerta se cerró estrepitosamente mientras Orfeo dirigía su mirada hacia su amado. Las luces se encendieron e invocaron a una mujer y un hombre vestidos de seguratas. Eurídice le gritó a Orfeo con los ojos que se fuese y Orfeo huyó mientras en sus ojos sólo podía ver a Eurídice siendo agarrado y atado a un mundo en el que no quería vivir. Llegó a un lugar, el cual le pareció lo suficientemente alejado, y miró hacia atrás: el orfanato no se veía, y su mano todavía podía recordar la calidez de Eurídice. Ahora, él caía después de verle caer de nuevo. En ese momento comprendió que le había perdido para siempre. 
Eva Fernández, 4º A


Orfeo era un artista genial. Se dedicaba a esculpir esculturas de arte moderno, pero en su tiempo libre es un cocinero de prestigio. Un día, en una tarde muy fría, Orfeo se encontraba en una calle muy transitada de Madrid vendiendo tortillas de patatas para ayudar a una ONG, y en ese momento, se acercó Euridice, la exitosa actriz de Modern Family. Se enamoraron locamente. Allí mismo se juraron amor eterno. Pero Euridice echaba de menos a sus amigas, que eran sus compañeras de rodaje, así que quedó con ellas en unos premios de música flamenca. Aquella noche se encontró con Aristeo, un ex-militar, quien al volver de la guerra, se había unido a una anda de asesinos en serie que tenia su sede en un parque temático del lejano oeste. Aristeo, al igual que Orfeo, también amaba a Euridice, pero si ella no lo quería nadie más podría tenerla. Así que le pegó con uno de los trofeos mas grandes que había en la gala, dándole tan fuerte que la dejo inconsciente y herida. De esta forma, la famosa y galardonada Euridice cayó en una depresión, ya que le desfiguró la cabeza y le provocó un gran miedo de ir por la calle,ya que cualquiera podía pegarle con algo en la cabeza. Esto hace que se vuelva loca y la tengan que internar en un psiquiátrico. De aquello nunca jamás nadie había conseguido salir.
Después de conocer tan terrible noticia, a Orfeo ya no le quedaban ganas de trabajar. No volvió a cocinar esas recetas que tan bien le salían y se alejó de su estudio, donde se dedicaba a hacer sus esculturas. No hacía mas que pensar en su amada. Decidió entonces hacerse pasar por un entrevistador de Comando Actualidad, y fue al psiquiátrico donde se encontraba Euridice, diciendo que era un nuevo reportaje que estaban realizando. Intenta convencer a sus psiquiatras, diciéndoles que realizaría todas sus cenas de navidad en los próximos 5 años. Ellos aceptaron pero la única condición era que no debía ni tocarla ni darle de comer hasta las 7 de la noche. Era la única condición que le ponía.
Lo cierto es que Orfeo respetó su promesa durante casi todo el tiempo. Sin embargo no era capaz de estar lejos de ella y no demostrarle sus dotes culinarias así que la besó y le preparó una deliciosa tarta, que sabia que le encantaba. Al ocurrir esto, a causa de una pulsera que llevaba la chica, los psiquiatras se enteraron, la fueron a buscar y la encerraron en una habitación que en vez de ser blanca era de colores y tenía dibujos fantásticos en las paredes, haciendo que se vuelva más loca aún. En ese momento comprendió que la había perdido para siempre.
Manuela Arcila, 4º B

Orfeo era un artista genial. De su boca brotaban los más dulces raps. Una noche fue a una discoteca e moda del centro de la ciudad en la que conoció a Eurídice. Allí mismo se juraron amor eterno.

Pero Eurídice echaba de menos a sus amigas, así que un día quedó con ellas en un descampado de las afueras. Se dirigía al punto de reunión cuando se topó con un narcotraficante llamado Aristeo quien deslumbrado por la belleza de la joven, decidió regalarle droga.Eurídice se dejó llevar por Aristeo y se hizo su amiga; para no quedar mal con él aceptó el regalo. Después se despidieron y la joven llegó al descampado para pasar la noche con sus amigas. Sin embargo, lo que nadie sospechaba era que Eurídice era espía del gobierno chino y este, al enterarse de lo ocurrido, decidieron despedirla, así que se quedó sin dinero, empleo y, como no pudo pagar el alquiler de su piso, se quedó también sin hogar. Para superar esta situación, la joven tomó la droga de Aristeo y su vida se hundió en la miseria: se gastaba las ayudas económicas que recibía en más droga, así que se volvió drogadicta. De aquello nunca jamás nadie había conseguido salir.

Después de conocer tan terrible noticia, a Orfeo ya no le quedaban ganas de trabajar. Así que decidió seguir a Eurídice para averiguar quién era el causante de su pesadilla.
Eurídice no se reunió con nadie pero usó una cabina telefónicapara hacer una llamada, y Orfeo, que escuchó toda la conversación, solo tuvo que oír un nombre para saber a quién se enfrentaba: a Aristeo.
El joven solo tenía una opción: fue al piso franco de su antigua banda de traficantes de armas y convenció al jefe para que le ayudaran en su odisea. Estos aceptaron ya que tenían una deuda pendiente con la banda de narcotraficantes.
Comenzaron el plan de rescate de la joven secuestrando a uno de los traficantes, le interrogaron para averiguar el paradero de sus compinches y pasaron a la acción. Poco después atacaron el piso franco rival, sin embargo, estos les estaban esperando. El narcotraficante secuestrado avisó a sus amigos del ataque. Orfeo les suplicó con un rap que dejasen libre a Eurídice ya que esta se encontraba entre los delincuentes siendo utilizada como rehén, Aristeo aceptó conmovido y un matón se la llevó. El jefe de la banda le dijo al joven rapero que se llevase el Cadillac del garaje a la discoteca en la que conoció a su amada por primera vez y que no abriese el maletero para liberar a la joven hasta llegar allí. Era la única condición que le ponía.

Lo cierto es que Orfeo respetó su promesa durante casi todo el tiempo. Sin embargo, justo antes de llegar a la discoteca se desvió y aparcó en un callejón para comprobar que la joven se encontraba allí donde la había dejado. Aristeo no le engañó, Eurídice se encontraba allí, pero los narcotraficantes le habían seguido y al ver que Orfeo no había cumplido su promesa mataron a su amante. El rapero vio como el amor de su vida se desfallecía soltando el último suspiro con el que él terminaría cargando toda su triste vida.
En ese momento comprendió que la había perdido para siempre. Y el joven, víctima de un dolor insoportable por la pérdida de su amada, se retiró a un monasterio de un pueblo muy lejano de aquella ciudad infernal.
Carlos Ferreiro, 4º B 
 
Orfeo era un artista genial. Era grafittero y de sus botes de pintura, los colores parecían automáticamente mostrar lo que Orfeo tenía en la mente. La gente le conocía en el barrio e incluso en la ciudad. Todos admiraban su arte y le respetaban a pesar de su juventud. Pintando la puerta de entrada de una discoteca, conoció a Eurídice, fue un flechazo instantáneo.  Allí mismo se juraron amor  eterno.


Pero Eurídice echaba de menos a sus amigas, a las que veía mucho menos desde que estaba con Orfeo y no porque él se lo impidiera sino porque Eurídice quería pasar con él todo el tiempo del mundo. Un día las llamó para tomar algo en el centro de la ciudad e ir al cine, como en los viejos tiempos. En el cine se encuentran con Aristeo y sus amigos que eran unos chicos de la universidad que las invitan a tomar unas copas. Eurídice no quería en un principio, pero sus amigas la convencen. Aristeo trapicheaba con drogas y esa noche las invita a tomar unas pastillas. Eurídice cae en la trampa igual que sus amigas. Los días siguientes vuelven a quedar con ellos y cada vez que se ven vuelven a tomar drogas. Eurídice ve cada vez menos a Orfeo que intenta hablar con ella para que no siga por ese camino. Los dos siguen igual de enamorados, pero la droga puede con Eurídice y le dice que no quiere volver a verle. De aquello, nunca jamás nadie había conseguido salir.


Después de conocer tan terrible noticia, a Orfeo ya no le quedaban ganas de trabajar. La gente pregunta por él al no verle en la calle haciendo lo que más le gusta, dibujar. Orfeo está hundido, hace varias semanas que no sabe nada de Eurídice. Un día le llama Elena, amiga de Eurídice y le dice que está muy mal y que por favor vaya rápidamente al parque del barrio, que no logra despertarla y está muy asustada. Orfeo sale rápidamente y cuando llega no puede creer lo que ve, Eurídice casi irreconocible, tirada en el suelo inconsciente. Llaman a la ambulancia e ingresa en urgencias. Le salvan la vida, pero el médico le dice a Orfeo que Eurídice tendrá que ingresar en un centro de rehabilitación durante mucho tiempo y que él no podrá verla, si quiere recuperarse del todo. Era la única condición que le ponía.

Lo cierto es que Orfeo respetó su promesa durante casi todo el tiempo. Hacía un año que no veía a Eurídice aunque hablaba con su madre todos los días y sabía que estaba mucho mejor. Su amor por ella no había cambiado. Decidió ir a verla a pesar de que sabía que no debía. Iba a salir de casa cuando sonó el teléfono. Era la madre de Eurídice. Entre lágrimas le dice a Orfeo que Eurídice se había escapado del centro  la noche anterior con otras dos chicas y que la habían encontrando cerca del río muerta. Orfeo se queda sin respiración durante unos segundos al oír la terrible noticia, se niega a creerlo, pero a la vez, en ese momento comprendió que la había perdido para siempre.

Jorge Gutiérrez, 4º A



Orfeo era un artista genial. Un ingeniero espacial que, en su tiempo libre, escribía novelas de terror. En una discoteca de ambiente ochentero conoció a la bella e inteligente Eurídice que era cantante de ópera clásica. Allí mismo se juraron amor eterno.



Pero Eurídice echaba de menos a sus amigas, así que un día quedó con ellas para hacer una visita turística en la Nasa antes de ir a su cita con Orfeo. Se encontró con Aristeo, un traficante de coches ilegales que intenta robarla su vehículo de alta gama. Eurídice sacó su bate de béisbol pero Aristeo se lo quitó y la cantante acabó malparada. Después del ataque creyó que necesitaba más protección y se metió en una banda violenta de la que no se puede escapar. De aquello nunca jamás nadie había conseguido salir.



Después de conocer tan terrible noticia, a Orfeo ya no le quedaban ganas de trabajar. Así que decidió elaborar un plan para rescatar a su amada. Para ello se caracterizó como jefe de la asociación de mafiosos, de tal manera que consiguió engañar a todos los miembros de la banda y con la excusa de haber recibido una orden de los superiores logró eliminar a las personas menos útiles para ingresar nuevos miembros. Para poder salvar a Eurídice debía presentar nuevos integrantes pero como no encontró a nadie, ingresa él. Era la única condición que le ponía.



Lo cierto es que Orfeo respetó su promesa durante casi todo el tiempo. Sin embargo, cuando casi tenía a Eurídice en sus brazos se dio cuenta de que no se podrían ver nunca más porque él debía ocupar el lugar de Eurídice en la banda. Finge tener que realizar una llamada urgente pero aprovecha para alertar a la policía pero los mafiosos se enteraron. Cuando llegan los agentes todos los delincuentes ya se han marchado y se han llevado a su amada. En ese momento comprendió que la había perdido para siempre.

Irene Francisco, 4º B

Orfeo era un artista genial. Era un guitarrista muy famoso en todo el mundo. Durante un concierto benéfico en Nochebuena, conoció a Eurídice, una jovencita que estudiaba derecho en la universidad de Madrid. Nada más verse se enamoraron y allí mismo se juraron amor eterno.


Pero Eurídice echaba de menos a sus amigas y compañeras de clase, así que un día quedaron en un parque situado en el centro de la ciudad. Aristeo, un ladrón muy buscado en todo el país, al ver a esa chiquilla tan bella pero a la vez tan débil, decidió ir a atracarla. Sacó su navaja y con violencia intentó quitarla el bolso.  Eurídice se resistió e intentó defenderse y huir pero no lo consiguió. Fue herida y tuvo que ingresar en un hospital cercano. Tenía varias heridas y brechas, además de varios órganos dañados. Tenía que guardar reposo en una cama ya que estaba muy débil. De aquello nunca jamás nadie había conseguido salir.


Después de conocer tan terrible noticia, a Orfeo ya no le quedaban ganas de trabajar. Orfeo decidió ir a buscarla para llevársela a su casa pero para ello tenía que hacerse pasar por un familiar suyo. Intentó convencer a los médicos. Les suplicó de rodillas que le dejaran llevársela porque nadie la iba a cuidar mejor que él. Los médicos tras pensarlo un rato, decidieron que Eurídice se fuera pero solo si Orfeo estuviera siempre pendiente de ella, curándola y dándola todos los medicamentos que necesitara. Era la única condición que le ponía.


Lo cierto es que Orfeo respetó su promesa durante casi todo el tiempo. Había pasado una semana y todo iba según lo previsto. Eurídice poco a poco se recuperaba y Orfeo estaba siempre con ella. Casi no dormía porque tenía que cuidarla pero le daba igual. Un día, por un descuido propiciado por el cansancio y porque no llevaba las gafas puestas, se equivocó al coger un medicamento. Eurídice se lo tomó pero se empezó a encontrar mal. Orfeo llamó a la ambulancia y los dos volvieron al hospital. Le dijeron que tenía una infección muy grave y  al pobre artista le echaron a la calle. En ese momento comprendió que la había perdido para siempre.

Adrián Gómez, 4º B



Orfeo era un artista genial. Componía versos capaces de enamorar a cualquier ser. En un intento de documentarse en la biblioteca, conoció a Eurídice, una chica tímida y amante de la literatura, al igual que él. Conectaron en seguida. Orfeo no necesitó recitar ni siquiera unas pocas estrofas para enamorarla. Sus miradas, sus risas… fueron suficiente. Allí mismo se juraron amor eterno.

Pero Eurídice echaba de menos a sus amigas, otras bibliotecarias tímidas e inteligentes iguales a ella. Cuando, ya de noche regresaba a casa, en uno de los callejones por los que debía pasar para llegar a su edificio, se topó con Aristeo, un ladrón codicioso, grande, fuerte y vengativo que no dejó de perseguir a Eurídice hasta que la perdió, puesto que esta corría muy rápido. Eurídice no podía más y dejó de correr. Al intentar coger aire notó como se le oprimía el pecho, le dolía tanto que apenas podía respirar. Eurídice estaba sufriendo un ataque cardiaco. Con la rapidez suficiente marcó el número de urgencias, pero ¿la ambulancia conseguiría llegar a tiempo? De aquello jamás nadie había conseguido salir.

Después de conocer la terrible noticia, a Orfeo ya no le quedaban ganas de trabajar. Por mucho que lo intentase, solo conseguía caminar como alma en pena por los pasillos de aquel infierno al que llamaban hospital, esperando el veredicto de los médicos. Tras unos largos días de espera, Orfeo logró hablar con los médicos, quienes le dijeron que Eurídice se encontraba en un estado muy grave. Le habían colocado un bypass mas, no duraría mucho sin stents. Orfeo, aun disponiendo de poco dinero, insistió en que se los pusieran. Los médicos accedieron suponiendo que él los pagaría a plazos. Esa era la única condición que le ponían.

Lo cierto es que Orfeo respetó su promesa casi todo el tiempo. Sin embargo, aun siendo hermosa su poesía, no consiguió suficiente dinero como para pagar el cuarto pago, por lo que no le pudieron colocar otro de los stents a Eurídice. Por mucho que lo intentó, no pudo convencer a los médicos, ¡la crisis! Le decían. En ese momento comprendió que la había perdido para siempre.

Candela Álvarez



Orfeo era un artista genial. De su canal brotaban los mejores vídeos. En el apartado de comentarios de Youtube, conoció a Eurídice y quedó prendado al instante de su belleza. Allí mismo se juraron amor eterno.


Pero Eurídice echaba de menos a sus amigas, las compañeras de deporte, así que un día quedó con ellas y, antes de llegar al lugar exacto de su cita, se encontró con el acosador cibernético que la perseguía desde hace ya bastantes meses, quién al verla, quedó deslumbrado por su belleza y trató de atraparla. Asustada, Eurídice comenzó a correr con todas sus fuerzas hacia su casa. Rápidamente entró y cerró la puerta. Eurídice comenzó a vivir con miedo y no salía a la calle. De tal manera que entró en una profunda depresión. De aquello nunca jamás nadie había conseguido salir.
Después de conocer tan terrible noticia, a Orfeo ya no le quedaban ganas de trabajar. Sus vídeos fueron cayendo en el más oscuro silencio. No hacía nada más que pensar en su joven amada traumatizada. Decidió entonces ir a hablar con ella y para lograrlo convenció a la familia de Eurídice, diciéndoles que ésta debería seguir un tratamiento que pudiera ayudarla. El terapeuta le dijo a Eurídice que tendría que ver los vídeos de Orfeo para que se mantuviera entretenida y no estuviera pensando siempre en el acosador. Era la única condición que le ponía.
Lo cierto es que Orfeo respetó su promesa durante casi todo el tiempo. Sin embargo justo cuando mejor iba la terapia, Orfeo dejó de subir vídeos porque nadie veía ya su contenido. Así que Eurídice deja la terapia vuelve a tener miedo y volvió a desconfiar de la gente. En ese momento comprendió que la había perdido para siempre.

David Barba, 4º B


Orfeo era un artista genial. De sus cuerdas vocales salían las más preciosas canciones que alguien pudiera escuchar. Además, él era un hombre alto, moreno y de ojos verdes. Una mañana de sábado, mientras realizaba una firma de discos en el centro comercial de las afueras de la ciudad, conoció a Eurídice, una universitaria a la que le apasionaba la música y tocaba el piano en sus horas libres. Allí se juraron amor eterno.

Pero Eurídice echaba de menos a sus amigas y, aprovechando que tenían trabajos que hacer, quedó con ellas en la biblioteca del centro de la ciudad. Aristeo, el encargado de la limpieza de la biblioteca la vio llegar y se le iluminaron los ojos.A los pocas horas de estar trabajando, Eurídice salió de la biblioteca a tomar el aire, y en ese momento, el encargado la intentó agarrar y llevar a su casa.Ésta, asustada, salió corriendo y al cruzar la carretera, un coche que iba a toda velocidad la atropelló.Cuándo llegó la ambulancia, la llevaron corriendo al hospital y allí, la dejaron en la UCI en estado muy grave.  Eurídice cayó en una terrible depresión porque no podía ver a Orfeo y pensaba que nunca jamás le volvería a ver. De aquello nunca jamás nadie había conseguido salir.

Después de conocer tan terrible noticia,a Orfeo ya no le quedaban ganas de trabajar. Su música fue barrida por la tristreza. Él necesitaba ver a su amada como fuera, y  se hizo pasar por un familiar de ella, ya que solo dejaban pasar a miembros de la familia.Una vez dentro, Orfeo comenzó a cantar la canción preferida de Eurídice, y esta se despertó con una sonrisa. A continuación, habló, con la enfermera y le explicó que Eurídice prefería estar en casa con u familia, en vez de estar allí encerrada. La enfermera aceptó su petición de dejarla salir, pero le advirtió que tenía que estar mínimo dos semanas de reposo. Era la única condición que le ponía.

Lo cierto es que Orfeo respetó su promesa durante casi todo el tiempo. Sin embargo, a los dos días, creyendo que ella ya estaba bien, la invitó a cenar a su restaurante preferido, y no se dio cuenta de que aún estaba débil.
Cuándo llegaron al restaurante, Eurídice no tardó en caer al suelo y perder la consciencia.
La ambulancia llegó al poco tiempo, y Orfeo, en ese momento, comprendió que la había perdido para siempre.
Sandra Granados, 4º B