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lunes, 9 de mayo de 2016

"Un tranvía llamado deseo"


ARGUMENTO

La característica principal de esta obra es el enfrentamiento de dos culturas. Blanche DuBois, una atractiva y desequilibrada mujer del Sur estadounidense al final de su juventud, con prejuicios y sentimientos de altivez, cuyas pretensiones de virtud y educación ocultan su alcoholismo, va de visita al apartamento de su hermana Stella en Nueva Orleans.
Blanche viene de una familia de clase acomodada. Su hermana Stella está casada con un obrero de origen polaco, y los dos viven en un patio de vecinos junto a otros inmigrantes. Este edificio se encuentra en la calle Campos Elíseos y se llega a ella usando la ruta de tranvía llamada Deseo.
Con la noticia de que su antigua plantación (Belle Rêve, traducción de Sueño Hermoso o mejor Bello Sueño en francés), en Laurel, Misisipi, se ha perdido debido a la mala gestión llevada a cabo por sus ancestros (en inglés, en el original, el término usado para describir la gestión es intencionalmente ambiguo, epic fornications). Blanche llega a la casa de Stella, quien teme la reacción de su esposo Stanley. Blanche les explica que su jefe le ha sugerido unas vacaciones para calmar sus nervios, cuando en realidad había sido despedida al haberse descubierto que tuvo una aventura sexual con uno de sus estudiantes. Este hecho, añadido a otros similares, habían arruinado su reputación, por lo que había decidido escapar de Laurel. Posteriormente se da a conocer que Blanche había descubierto que su esposo había tenido una aventura homosexual al principio de su matrimonio; esta tragedia había desembocado en el suicidio de éste y la confusión de la realidad con la fantasía en la mente de ella.
Blanche no puede entender cómo es posible que su hermana, perteneciente a una familia de cierta reputación, se haya casado con un polaco proletario, bebedor y jugador de cartas. Stella de alguna manera se ha acostumbrado a la vida vulgar y ordinaria de aquel ambiente, y ha renunciado a los refinamientos de que había disfrutado en la mansión familiar. Stanley, por otra parte, es un hombre lleno de energía con una presencia varonil, práctica y tosca. Él domina totalmente a Stella y abusa de ella física y emocionalmente. Stella, no obstante, tolera este comportamiento debido a la atracción, casi animal, que siente por su marido.
La llegada de Blanche interfiere en la vida de su hermana y su cuñado, ya que su estancia en la casa provoca aún más peleas en la pareja. Blanche comienza una relación con un amigo de Stanley, Harold Mitchel (Mitch), un gigantón sentimental a quien Blanche le confiesa parte de su vida y su tragedia. Mitch, atraído por su fragilidad y feminidad, piensa casarse con ella. Stanley, por su parte, descubre el pasado de Blanche a través de un compañero de trabajo que viajaba frecuentemente a Laurel. Stanley se enfrenta a Blanche y le echa en cara todo lo que había hecho, acusándole de que su carácter le estaba arruinando la vida a él y a su esposa. Sin embargo, su intento por desenmascararla es cruel y violento.
Existe una atracción oculta pero poderosa entre Blanche y Stan, cada uno de ellos está acostumbrado a mantener el control de la situación a su alrededor, lo que aumenta las tensiones entre ambos. Su atracción va en contra de los valores morales y culturales de los dos; sus conflictos representan el conflicto entre los grupos sociales a los que representan: la fuerza bruta de la naturaleza es tan poderosa como los prejuicios morales.
Su inevitable pelea final da como resultado la eclosión de todas las emociones de Blanche, quien aparentemente termina internada en una institución mental. Al final de la obra, Blanche pronuncia la frase más recordada del personaje: "Siempre he dependido de la amabilidad de los extraños", con lo que rememora todos los engaños que había sufrido al intentar que algún hombre la rescatase.

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