Existen innumerables estudios sobre la vida de Poe, desde los más
críticos que desconocen su relevancia artística y destacan sus
enfermedades, inestabilidades psíquicas y adicciones, hasta aquellas en
las que es idealizado como un incomprendido en medio de una multitud
norteamericana industrializada e insensible, inventándole viajes,
aventuras y duelos, que las biografías más serias atribuyen a una suerte
de mitología que lo circunda. Lo cierto es que la creación de este
poeta, crítico literario, narrador y cuentista nace en una época
intelectualmente rica, y política y socialmente cambiante.
Edgar Allan Poe nació en 1809 en Boston. Hijo de actores itinerantes,
madre inglesa y padre norteamericano -descendiente de irlandeses-,
ambos enfermos de tuberculosis. Su padre lo abandonó o falleció cuando
tenía un año de vida y al poco tiempo su madre murió, quedando huérfano a
los dos años. Fue acogido por John y Francis Allan en la ciudad de
Richmond (Virginia) y debido a la insistencia de Francis, Allan apadrinó
a Edgar, aunque sin concederle nunca la adopción legal. Aquel estado
representaba fielmente el espíritu sureño de la época.
Además de ser un rico empresario del tabaco, John Allan era
representante de revistas británicas de circulación en Norteamérica; por
lo tanto, desde la infancia Edgar leyó piezas de Pope, Byron,
Worthworld y novelas y cuentos de terror, nutriéndose así del Romanticismo que en aquellos años representaba la corriente literaria
europea.
El destacado desempeño en la escuela, sumado a las innumerables
lecturas, la influencia de la cultura negra y la narración de aventuras
de viajes de los socios marineros del padrastro, forjaron una niñez
protegida y marcada por la comodidad de la vida burguesa. En el año 1815
la familia parte de viaje de negocios a Inglaterra y Escocia, volviendo
a Richmond en 1820. Esa fue la única oportunidad en la que Edgar salió
de su país natal .
Ya en 1823 escribe los primeros poemas a ciertas jóvenes de la ciudad
y continúa leyendo y emulando a Byron. El mismo año conoce a Helen,
madre de uno de sus compañeros de escuela y su primer amor, amor de
belleza idealizada, que perecería al poco tiempo de una muerte tan
romántica como la belleza misma, la locura. La adolescencia del escritor
se caracteriza por los fuertes conflictos con su padrastro, quien se
negaba a adoptarlo y más aún, rechazaba la idea de Edgar de ser poeta.
Incluso, cuando el joven volvió a enamorarse, esta vez de Elmira
Royster, la familia de los novios decidió terminar con el romance
ocultando la correspondencia amorosa entre ambos.
Pensando que Elmira lo había olvidado, en 1826 Edgar partió a la
universidad de Virginia, lugar en el que permanecería tan sólo un año.
Sin embargo, ese tiempo bastó para que conociera, mediante variadas
lecturas, los nuevos descubrimientos e inventos científicos y las
creaciones literarias contemporáneas. En el libertino ambiente
universitario, sus primeras borracheras, los juegos y las apuestas, que
su padrastro se negó a pagar, lo forzaron a retirarse tempranamente. De
regreso en Richmond descubrió el engaño de las familias de Elmira y la
suya, aunque ya muy tarde, pues la joven se había casado. Indignado,
emprendió viaje a Boston, donde publicó su primer libro Tamerlán y otros poemas (1827).
Ante el fracaso en ventas, se enroló en el ejército por dos años. En
ese tiempo murió Frances Allan, a quien no pudo acompañar en sus últimos
días.
Se refugió en la casa de su tía Mrs. Clemm, en Baltimore, y publicó
“Al Aaraaf” (1829). En 1830, con la ayuda de Allan, ingresó a la
Academia Militar de West Point. Sin embargo, sus intereses
estaban lejos de la vida militar, por lo que se hizo expulsar de la
academia y en 1831 publicó su tercer libro, Poemas.
Sabiendo del segundo matrimonio de su padrastro, Edgar se embarcó a
Nueva York y después a Baltimore, donde nuevamente lo recibiera su tía y
su prima Virginia. Allí escribió su primer relato publicado,
“Metzengerstein” y en 1833 ganó el concurso del Baltimore Saturday Visiter con
el cuento “Manuscrito hallado en una botella”. Se habla de consumo de
opio en ese período y de constantes borracheras que lo hacían alucinar y
perder la noción del tiempo. A pesar de la diferencia en 12 años y de
la condición mentalmente retrasada de su prima, comenzó un romance con
Virginia, para luego casarse con ella en 1836. Al respecto, Cortázar
señala: “Lo único verosímil es suponer una inhibición sexual de carácter
psíquico, que obligaba a Poe a sublimar sus pasiones en un plano de
ensueño ideal [...] Se ha hablado de sadismo, de atractivo malsano hacia
una mujer impúber o apenas núbil”. Sin embargo, como lo reconoce el
mismo autor, su relación estuvo lejos de ser enfermiza, acercándose a la
fraternidad y al amor idealizado.
Durante 1835 Poe publicó “Berenice” y trabajó como redactor de la revista Southern Literary Messenger de Richmond, hasta 1837. En período fue publicada, a modo de novela folletín, laNarración de Arthur Gordon Pym y
sus críticas literarias fueron ampliamente leídas y polémicas. Debido a
su debilidad hacia el alcohol y el láudano, debió dejar el empleo y
trasladarse primero a Nueva York y luego a Filadelfia, que por ese
entonces era el centro editorial y literario del país. Allí publica
“Ligeia” (1838) y al año siguiente, “La caída de la casa Usher”. En
Filadelfia asumió el puesto de asesor literario de Burton´s Magazine y publicó una antología de los relatos que habían sido editados en diferentes revistas, titulado Cuentos de lo grotesco y lo arabesco. Luego, en 1840, trabajó en Graham´s Magazine y publicó los cuentos “Crímenes de la calle Morgue” y “El misterio de Marie Rogêt”.
Poe albergó siempre la esperanza de editar su propia revista
literaria, sin embargo, a pesar de un par de oportunidades para hacerlo,
nunca se concretó su anhelo. Ya en el año 1842 Virginia enferma de
tuberculosis y comienza una época de decadencia, borracheras y
alucinaciones. A pesar de la desesperación, gana el premio del Dollar Newspaper con
el cuento “El escarabajo de oro” y gracias a los cuidados de Mrs. Clemm
– “Muddie” – logran sobrevivir a los ataques nerviosos y afición a la
bebida de Edgar, además de la enfermedad de Virginia que empeora
rápidamente.
Antes de partir a Nueva York, Poe publicó Cuentos de las montañas escabrosas (1844) y una vez situados en la ciudad, “El camelo del globo”, publicado por New York Sun .
Debido a la inestabilidad en la salud de Virginia, la pareja se fue a
vivir durante el verano a Bloomingdate, una granja a las afueras de la
ciudad. Aquel lugar favoreció la creación de poemas, críticas literarias
y narraciones; entonces nació “El cuervo”, “El entierro prematuro” y
una serie de críticas y artículos publicados diversos periódicos y
revistas. Después, escribió “La Filosofía de la composición”, ensayo en
el que sostiene que toda creación poética ha de provenir de un ejercicio
intelectual. Esta tesis, que ha sido ampliamente cuestionada por
escritores y críticos literarios contemporáneos, establece la
contradicción (o quizás ironía) entre el sentir romántico y el
positivismo de la época.
Instalados nuevamente en Nueva York, Edgar trabajó primero en Evening Mirrow, y en 1845 en Broadway Journal. Aquel
año fue caracterizado por el éxito en salones y círculos literarios del
poema “El cuervo”. Realizó varias conferencias y su fama se extendió
incluso fuera de Estados Unidos, reconociéndolo como la imagen del
romanticismo. Sin embargo, a fines del mismo año y a pesar de su
consagración en los circuitos intelectuales, una vez más su debilidad
por el alcohol y el opio, sumados a la consternación por el agravamiento
de Virginia, lo condujeron a la decadencia.
Al año siguiente, 1846, Poe transitó por el ambiente de los literati -conjunto
de los escritores más conocidos de Nueva York- y publicó una serie de
más de treinta agudas críticas que le significaron un repudio
generalizado en el círculo. Reprochaba, principalmente, el carácter
ruralista y anticosmopolita de la sus contemporáneos, quienes no se
apropiaban de las tendencias literarias que estremecían a Europa. De
hecho, Baudelaire es bastante enfático: “De todos los documentos,
anécdotas y biografías que he leído, he sacado la amarga convicción de
que los Estados Unidos fueron para Poe una vasta prisión, que recorría
con la agitación febril de un ser creado para respirar un ambiente más
aromático que el de aquella sociedad cretina y poderosa, de reyes
mercachifles, buscadores de oro al calor pestilente del gas, y que su
vida interior, su espiritualidad de poeta e incluso sus absurdidades de
borracho eran un esfuerzo perpetuo para liberarse de esta atmósfera
antipática”.
Guiado por el estado de salud de Virginia escribe el poema “Annabel
Lee”, muriendo su pareja en enero de 1847, el mismo año en que
escribiera “Eureka”. Según Baudelaire, la muerte de Virginia terminó de
cimentar el delirium tremens que aquejaba al poeta: se lo describe acosado por alucinaciones y delirios diurnos, insomne, perdido y angustiado.
Buscó apoyo y enamoramiento en varias mujeres: Marie Louise Shew,
Sarah Helen Withman y Annie Richmond, con las cuales compartió una
nutrida correspondencia. Luego, en Boston, intentó suicidarse tomando
medio frasco de láudano. En 1849 escribió “Para Annie”, refugiado en la
casa de Mrs. Clemm.
Finalmente, vuelve a Richmond, lugar en el que vive una
época de mayor tranquilidad acogido por sus viejas amistades. Entonces
reaparece Elmira, el mismo amor de juventud, ahora viuda. Acuerdan
casarse en octubre de 1849 y Poe viaja al norte a buscar a Mrs. Clemm,
pero durante una escala en Blatimore sufre su última borrachera,
muriendo solo en un hospital de esa ciudad el 7 de octubre de 1949.
Extraído de la revista Bifurcaciones.
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